lunes, 31 de agosto de 2015

COMO LA VIDA MISMA. Capítulo 64. Magnus o la terrible sensación de venirse arriba

Chicos, a comienzos de noviembre de 2013 empecé a experimentar un terrible insomnio que me dejaba en vela la mayor parte del tiempo. A veces, era tanto el tiempo que permanecía dando vueltas en la cama, que decidí aprovechar el tiempo de alguna forma posible.

Me pasé el Pokemon Rojo, me leí Juego de Tronos y descubrí que había una serie porno de Los Simpsons, pero en versión latina.
Aunque lo mejor de todo fue hablar con Christine. Aquella chica que conocí en Dubliners el mismo día que conocía a la psicóloga, la cual nunca me dijo su nombre.

Conocí a Christine después de que mi pensamiento sobre el Queroseno diese su primer cambio. No obstante, le pedí su número de teléfono y hablamos incluso cuando se marchó a Chicago. Dado que nuestros horarios no coincidían, cuando yo trasnochaba, ella aún estaba con la cena. Lo que nos permitía hablar todos los días.

Nah, lo mejor fue  descubrir el porno de Los Simpsons.







02:30 Aprox.

-Ay, Homeroooo, Ay, Homerooooo. Sí,qué  lindo, me voy, me voy, me voy...
-Dios, estoy enfermo-Quité el porno de los Simpsons de mi móvil y abrí una conversación con ella.


Era graciosa, sensual, inteligente, rebelde... Vale que no entendía nada porque escribía en inglés. Y a todo respondía con una risa falsa. Aunque  mi nivel de inglés mejoró con creces,
Y el traductor de Google ayudó increíblemente.


-And... what r u doing at this moment?. (Y qué estás haciendo en este mismo momento)-preguntaba ella.
-I can´t sleep. (No puedo dormir)
-Why? (Guay, chachi)
-I don´t know (Ni puta idea)
-Do you need speak? (Quieres que haga sexo del guarro por el móvil?)
-No. (No)
-Why? (Guay, el puto amo, the fucking boss)
-I don´t know (Mi inglés no da para poner frases más largas)
-I´m going to Madrid- Finalmente dijo ella. (La cagaste)
-Really? :)) (Y mucho)
-Siz lal isteyerik. (y esto es azerbaiyano)


Ahora que he demostrado mi nivel de idiomas, prosigo con la sitcom.


Era noviembre y ella en un mes vendría a Madrid. En ese momento no me acordaba nada de ella, pero tenía una corazonada. Christine, aquella mujer, por primera vez en mi vida sentía algo especial por una persona con la que ni siquiera podía hablar. Aquél mes de noviembre sería eterno. No solo por la espera... El insomnio fue a más, no podía dormir en días, era espantoso, y eso me hacia casi enloquecer...Por lo que...


-HOOOOMEROOOOO, HOMEEERRROOOOOOOOOOOOOOOOOOO. PENETRAAAAMEEEEEEEEEE.
-SÍÍÍÍ, MARGE.
-PAPI, YO TAMBIÉN QUIERO.
-TOMA, LISA. TOMA, LISA
-HOMEEROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.
-PAPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII


Dios, estaba enfermo.


Pasaban los días y en la última semana de noviembre, ya cuando quedaba muy poco para ver a Christine, mi padre llegó a casa después de un día de trabajo. Con una voz firme me dijo que fuese al salón. Me dio asiento y respiró hondo.

-"No, este hombre me echa de casa"
-Carlos, tengo que confesarte una cosa.
-"Que no sea su hijo, que no sea su hijo, que no sea su hijo y no herede la calvicie"
-He vuelto con tu madre...
















































-¿Carlos? ¿Carlos? que era broma.
-Te mato...
-Lo que quería decirte es que tengo un local. Cerca de Avenida de América.
-¿Un local? ¿Y es algo novedoso?
-Quiero que sea la revolución de Madrid. Todo está cuidado, hasta el  mínimo detalle.
-¿Y no has reparado en gastos?
-No he reparado en gastos.
-Oh, dios... y-y... ¿va a tener un nombre épico?
-Te sonará familiar.
-¡TÚ HAS MONTADO UN PARQUE JURÁSICO!
-Mira que eres retrasado. Carlos, he montado un local, un local de copas. He invertido mucho dinero en este proyecto y quiero contar con tu apoyo. Quiero que sea la revolución de Madrid porque he peleado mucho tiempo para conseguirlo, y, de verdad, tengo mucha ilusión en Magnus.
-Joder, un local. Vaya...
-¿Sorprendido?
-Mucho.
-Pues aún tengo otra sorpresa
-UN PARQUE JUR...
-Vas a tener un hermanito...

































A los días siguientes me llevó al local para que fuese viendo cómo iba. 

-Y aquí pondremos una segunda barra luminosa. Aquí quiero poner un papel gris con decoraciones vegetales. Y, mira. ¿Qué tal verías ahí unos sofás negros de diseño?
-Papá, este local me suena mucho.
-¿Te suena?
-Oh, joder.
-Bueno, y en los baños, pienso quitar toda esta porquería y darle un toque más fino. Pintar el techo de blanco y modificar la barra. Quitar las sillas y poner otras mejores.
-Conozco este bar-Se me paró el corazón.
-Y ahí podríamos poner un ropero. Es más, ya tenemos a una candidata que te va a encantar...
-Tenemos que salir de aquí-cogí a mi padre de los hombros y le agité fuertemente mientras mis pupilas se dilataron y el miedo se convertía en un torrente sanguíneo que recorría el cuerpo-Papá, este lugar lo conozco. Aquí, Álvaro, celebró su cumpleaños. 

Dio la "graciosa" casualidad que mi padre pilló el local donde una vez Álvaro celebró su cumpleaños.
Ese día en que todos nos pusimos malos viendo a decenas de mujeres en ropa ligera meneando su cintura. Y luego tenían quince años.

-No debes abrir Magnus. NO DEBES ABRIR MAGNUS.
-Tranquilo, hijo. Tengo la certeza de que todo irá bien.




Lo de ser gafe me viene de familia. 



Ese día recibí una llamada. Era Christine y ya había llegado a Madrid.
Fue una sorpresa agridulce. Por un lado, de una vez por todas iba a quedar con ella. Luego lo pensé mejor y me dije a mí mismo: "¿Cómo cojones me voy a comunicar?
No sabía a dónde ir, qué decir, qué hacer. Estaba lleno de dudas pero, sin embargo, me vine arriba y le propuse una plan que para entonces me pareció increíble, maravilloso, fascinante. Dije de ir al Museo del Prado. 

Y ella aceptó.


Llegó el día. Y yo estaba pasando frío en las puertas de una de las entradas principales del museo. 
Se retrasaba demasiado y me preguntaba si me estaba dejando plantado. 
Cuando me di por vencido, el agua del vaso de plástico que estaba a mi lado comenzó a formar ondas. Me acerqué a él, curioso. Luego alcé la vista y vi una bandada de pájaros volar en una misma dirección. Un sonido fuerte hizo temblar los cimientos del museo. Al que le siguió otro más fuerte, y otro. Mi móvil emitió un sonido chirriante, me llegó un whatsapp. Christine me preguntaba que dónde estaba. Contesté. Entonces, bajé el móvil, lo guardé y una gran figura se puso delante. Sonreía y giraba la mano.

Cuando os dije que no me acordaba nada de ella no os mentía. 

-Hello!
-...







"POR DIOOOOOOOOOOOOSSS UN MAMUUUUUUUUUTTT".



Era... un poco gordita.

-"¿Cómo coño se dice hola?"-Pensé-"Por favor, habla, di algo. Sal de aquí"
-¿Carlos?
-"HUYE"
-¡CARLOS!
-He-he-hello...




            ¡UN MAMUUUUUUUUUUUUUUUUUTTTT!




Me quedé quieto, no podía apenas pronunciar palabra alguna. Ni un ápice de sentido común en mi cabeza. Casi temblando, veía a la chica de Chicago ofrecerme la mano en gesto de que la acompañase.
Tonto yo que, y haciendo un remake de hace unos años, pedí un abrazo para saludarla.


¡UN PUTO ABRAZO!
OTRA VEZ, JODER. OTRA VEZ.



No había palabras en nuestra conversación y me empecé a sentir incómodo. Podría asegurar que entonces me estaba mareando. No obstante, seguíamos caminando por los numerosos pasillos luminosos. Ella se fascinaba por los cuadros, por los trazos en el lienzo. Se estremecía con Goya, se emocionaba con Rubens y se llevó una mano a la boca al ver los cuadros del Renacimiento Italiano.

Yo me preguntaba simplemente lo que podía pesar la cabrona. 

Pero no, no. No podía seguir con ese pensamiento. La visión del Queroseno había cambiado. Si esa chica pudo demostrarme algo, no debía guiarme por los ojos, sino por el alma.

Unos 90-95 kilos podía pesar...

Tras una agónica hora, nos plantamos en lo que sería la última obra; "El Jardín de las delicias" de Jheronimus Bosch. También conocido por El Bosco.





Era como un festival de música o un "¿Dónde está Wally?".  Todos borrachos y haciendo cosas bizarras por el campo. Y gente que se hace pasar por músicos. 
Se dividía en tres partes: Paraíso, el Mundo, y el Infierno.
La gente se golpeaba por estar en primera fila del cordón rojo que ponía el limite para acercarse a los tablones. Ella me agarró de la mano y sonrió.
Pero pensé que no quería estar ahí, quería irme. Solté su mano y puso una mueca. Me la llevé al bolsillo y...

















¿DIOS, QUÉ COÑO HACEN ESOS?



UN PATO SE DA EL LOTE CON UN TÍO, OTRO SE ESTÁ FOLLANDO A UNA JODIDA FRESA, DOS EN UNA  CÁPSULA ESPACIAL... UNO ESTÁ HACIENDO EL PINO EN EL AGUA. Y, JODER, A OTRO LE SALE UNA PUTA FLOR DEL CULO.

ESTE TÍO ESTABA ENFERMO.



Me llevé la mano al bolsillo y bajé la mirada. Me di la vuelta y aparté a la gente.
No sabía qué hacía, pero eso no supuso que no hiciese lo que quería. Fui directo a la salida más próxima que había. Christine me gritaba pero hice caso omiso. Iba directo a la puerta y una vez salí, seguí mi camino, sin parar. Cogí el metro, no paraba. Recibí unas cuantas llamadas, numerosos mensajes. Sabía que hice mal, juro que lo sabía. Aunque me sentí casualmente liberado y con sueño.

Llegué a mi casa, abrí la puerta y subí a mi habitación.
Y entonces pasó el suceso más curioso de mi vida. Sobre mi cama, tumbado, y en silencio, había un cordero, mirándome fijamente. 



                                     

miércoles, 12 de agosto de 2015

COMO LA VIDA MISMA. Capítulo 63. Queroseno: Parte II


-¡Atención! Formen filas-Gritó el hombrecillo que se encontraba a mi derecha mientras se ajustaba las gafas de pasta gruesa y alzaba la cabeza-Se presenta el Teniente.

Se produjo un breve silencio y abrí la boca.

-Soy el teniente Aldo Raine... digo Carlos Serrano y preparo un grupo especial. Necesito cuatro soldados. Cuatro soldados españoles judios... bueno y un rumano.


-Como sabréis, se ha lanzado una ofensiva sobre Dubliners. Decenas de personajes y borrachos se lanzarán a saco hacía las indefensas guiris asustadas. Nos abriremos paso como una guerrilla vestidos de civiles una vez que estemos en zona enemiga. Ahí tendremos que hacer una cosa, ni una más... Matar nazis.
-Carlos, ¿no querrás decir "ligar"?
-Fusiladle.
-P-pero...
-Yo no me inventé la patraña esta del Queroseno para que luego unos asquerosos ingleses se llevasen a todas las mujeres del jodido pub de nuestro jodido país. Por eso, todo malnacido que encontremos con esas pintas, morirá.
Nuestro plan será sencillo. Nos conocerán, sabrán quiénes somos. Seremos duros con los payasos que intenten quitarnos a nuestras presas y seremos justos y amables con las preciosidades del bar... Y seremos crueles con los alemanes.Tendrán miedo de nosotros, sentirán aversión de nosotros, nos envidiarán... ¿Estáis conmigo?
-Mira que eres retrasado.
-A la primera cerveza invito yo-dije.
-¡SÍ, SEÑOR!
-Está bien, aspirantes. Contraeréis una deuda, una deuda conmigo. Personal. Todos los soldados bajo mi mando me deberán un centenar de números de teléfonos de guiris cachondas... Y quiero mis números.



Chicos, haciendo un flashback, nos remontamos a unas semanas antes de la noche de halloween. Aquella noche me encontré con una chica con la que ya había hablado. La cual tiene una gran historia que contar.


Octubre de 2013.

Aunque fuesen pasando las semanas, aún seguía un poco dolido por lo ocurrido a finales de septiembre del mismo año. Ver cada día durante seis horas seguidas a aquella pareja me hacía apretar el puño con todas mis fuerzas mientras la sangre me hervía. Sí, era una mezcla entre despecho y envidia. El cóctel de emociones casero era casi indomable, y por más que me decía que debía olvidar y pasar página, el resentimiento aún levitaba. Aunque no sepamos la teoría, es muy difícil la práctica.
Pero aquel día, por primera vez, la cosa cambió.
Estábamos en una clase especial de psicología en la que cada viernes, un alumno debía dar un minidiscurso sobre un tema opcional. E ironicamente, su tema era el acertado.


-Y os lo digo en serio-dijo a la clase-no debemos vivir en la ira. La ira es un veneno que nos mata lentamente. Aquella persona que odia no vive. Vivir y odiar son opuestos...
-Creo que te equivocas completamente-contesté yo.
-Bueno, si me dejas acabar...
-Claro, claro. Adelante. Pero creo que es evidente que el odio, la ira, la aversión, son emociones necesarias y que tienen que estar presentes en algún momento de nuestra vida. Es bastante utópico decir que la vida perfecta es no sentir eso.
-A ver, supongo que alguna vez has odiado a alguien o...
-Mejor pongamos un tiempo en presente.
-¿Y no sientes algo malo en tu vida? ¿No sientes que algo no funciona? Quiero decir ¿de verdad sientes que estás viviendo? En el odio.
-Todo tenemos trucos para transformar en algo ese odio. Pero no podemos destruirlo.
-¿Y de verdad tú quieres ser psicólogo?

La clase se calló y yo me levanté a toda velocidad de mi silla.

-No... no tienes ni puta idea.

El profesor, sorprendido, hizo que nadie más interrumpiese la charla de Luis, mi compañero. Yo permanecí sin decir palabra alguna pero rechazando todo lo que decía él. Una vez acabó, la gente aplaudió. Me sentía lleno de ira y rabia por lo que a última hora dije unas palabras a cuatro amigos míos de clase. Aquella noche saldríamos.

-¿Y cuál es el plan?-Preguntó David.
-Esta noche será mágica.

E hice mi truco de magia por excelencia.

Os explico. En 2013 me compré un juego de magia que consiste en dos dedos pulgares de pega con una luz. Si eres bueno, una vez que te pongas los dedos de juguete en los tuyos y haces una buena interpretación, parecerá que pasas una luz roja mágica de un sitio a otro.


Pero a mi se me daba como el culo.


Mientras que yo pensaba que era Barney Stinson haciendo sus trucos de magia para ligar...
En realidad era...
























Pues eso.





Por la noche

-Venga, calentemos un poco antes de ir de caza-Dijo Javier.
-¿Qué os parece un "Yo nunca"?
-Eh, perfecto. ¿Quién empieza?
-Yo,yo-Dijo David-Pero nada de putadas, ¿vale?. Empecemos con algo suave. Por ejemplo... Yo nunca...Yo nunca me he declarado a nadie  delante de su familia.
-Hijo de puta-Dije bebiendo.
-Me toca-soltó otro-Yo nunca he mentido sobre las mujeres con las que me he leído.

Nadie bebió,

-Yo nunca he bebido y eso que tenía que beber con lo último que se ha dicho.

Todos bebimos.

-Yo nunca me la he medido...
Y... nadie bebió.



Sabéis de sobra que bebimos.

-Yo nunca he pedido un abrazo a una chica en vez de besarla-Volvió a decir David.
-No sé como sigo siendo tu amigo-respondí

-Yo nunca me he quedado oliendo mi pedo orgulloso de él.


... ¿De verdad hace falta que os diga que bebimos? 

-Yo nunca he pensado que la charla que nos han dado hoy sobre dejar el odio es una porquería.
-Venga, Carlos, déjalo ya.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Porque sabemos que no has superado nada e intentas joder a otras personas que no piensan como tú.
-Vaya tontería. Primero, no tengo que superar nada porque nunca pasó nada más. Segundo...
-Puedes mentirte a ti mismo, pero de verdad, no nos mientas. Te molaba y, joder, es difícil. Pero no puedes seguir mirando al pasado con esa hostilidad. 
-No pienses en esos momentos como algo malo-Continuó David-Sino como algo muy bueno.
-Os equivocáis todos-Dije mientras me ponía de pie-No..No tenéis ni idea. Esto ocurrió, únicamente, para dar paso al mejor momento del Queroseno. 
-¿Y qué es el Queroseno? ¿Liarte con una guiri borracha en un bar cutre?
-El Queroseno es algo más es...
-No es nada. Es una etiqueta, tío-Las palabras de David sonaban de una manera muy forzada.

Se produjo un silencio incómodo

-Yo nunca me he pajeado en la ducha y he hecho el efecto silicona. 
-Por dios-Dijimos todos al unísono.
-¿Estás enfermo?
-Mira que eres cerdo, macho.

Y todos bebimos. 









-EH, EH, EH. ¿Te gusta la magia?  MIRA LA LUZ ROJA. ¿DÓNDEEEE ESTÁ? ¿DÓNDE ESTÁ LA LUZ ROJA? 
-¿De verdad? ¿Un truco de magia para ligar?
-Ya bueno... 
-Patético. 

-No te funciona el truco de magia, ¿verdad?-Río David.
-Creo que no lo estoy haciendo bien. Tal vez si le doy un poco más de tono épico...



-Eh, eh. ¿Te gusta la magia? Observa la luza, mira la luz... Mira...
-Tus colegas me han explicado el truco, lo siento.
-Menudos hijos de puta.



Y tras unos intentos más, me choqué con  una chica que vestía una chaqueta verde.

-¡Miraaaaaa la luuuuuuuzzzzzz! ¿Dónde está?
-Vaya, es el truco para ligar más raro que me han hecho.
-No, no. Solo quería ser majo.
-Tranquilo, tranquilo. No quería ser borde.
-Me llamo Carlo. Psicólogo e italiano.
-¿Eres psicólogo? Dios. Yo estudié psicología también. ¿Dónde?
-"Joder... Hoy no es mi día". En la UCM.
-¿Y qué rama escogiste? No, no. ¿En la UCM? ¿En serio? Joder, que casualidad. ¿De qué año eres? ¿Que te pareció la modificación del tercer año? Cuéntame todo.
-Ehh...



-No eres psicólogo, ¿verdad?-Dijo sonriendo.
-Mejor me voy ya...
-No, no. Podemos hablar.
-"Oh dios...¿Quiere conmigo?"-Pensé.
-Y tengo novia.
-"Puto Queroseno"
-Menuda cara de cordero se te ha quedado. Mira, parecen que tus amigos se lo pasan bien ligando. Aunque ellos no tienen ese juego de magia.
-Ya, ellos son más normales.
-No ,idiota-Río a carcajadas.
-De verdad, pensarás que soy el típico idiota que solo va a lo que va y no soy así. Suena a mentira pero yo nunca miento. Nunca miento.
-No eres italiano, ¿no?
-No, señora. ¿Me puedo ir ya?
-No,no- y de nuevo sonrió-Se nota que eres una buena persona.
-Y sé hacer trucos de magia.
-Y sabes hacer trucos de magia. Pero veo... Que estás sufriendo.
-¿Qué clase de bruja eres?
-Lo noto. Noto en ti algo. Algo que está mal.
-Bueno, lo cierto es que sí.
-Y aún no lo has superado.
-No lo he superado y creía que sí.
-Lo peor de no haber superado las cosas es creer que sí lo has superado.

Esa frase se me quedó en la memoria.








-Pedazo sesión de psicología. 
-Y no te la pienso cobrar
-Puedo enseñarte a hacer el truco de magia si quieres.
-Me encantaría...
-Bueno, pues yo sigo...
-¿Es eso lo que quieres, Carlos?  ¿Líos de una noche?
-No.
-Ahora intentarás buscar consuelo en otras cosas. Cosas que en el fondo te parecerán vacías. Pero no pasa nada. Sigue con esto hasta que llegue lo que de verdad quieres. Y, créeme, llegará.
-Tal vez he enfocado mal algunas cosas...
-Nunca es tardes, psicólogo.
-Gracias. Aún no me has dicho tu nombre...
-Da igual. Seguro que nos volvemos a ver. Creo que no es la primera vez que te veo por aquí.
-Gracias, de verdad.




Y me quedé solo. En la mejor mesa de Dubliners viendo a mis "soldados" hacer su trabajo. 
Chicos, todos pasamos por situaciones difíciles en nuestra vida, pero eso no implica que nos quedemos estancados en un sentimiento. Podemos disfrutar de los mejores momentos hasta que llegue el que de verdad necesitamos. Vivir nuestros "capítulos" hasta que llegue nuestra temporada final.
Y nunca mirar atrás con ira, como decía aquella canción que tanto nos  gustaba.

Aquella noche mi visión de lo que era el Queroseno cambió medianamente.  Pero no fue hasta mi viaje a Italia cuando cambió del todo. Pero me adelanto... Antes conocí a otra persona.
Aquella noche conocí a Christine. La chica de Estado Unidos... Y gracias a ella, conocí a Irene.