El paisaje se tornaba diferente a lo habitual, las casas no eran prefabricadas sino que la mayoría estaban edificadas sobre pilotes, supongo que todo aquello estaba construido con un material similar al bambú pero de peor calidad. Los techos eran como de paja y en general las viviendas estaban como muy mal construidas. Empecé a caminar con una ligera cojera producida más por la desorientación y el cansancio mental que por que me doliesen las piernas. Yo deambulaba por el medio de la calle si a ese trozo de barro le podía llamar así, era una mezcla extraña de paisaje, por un lado gallinas y viejos artesanos realizando sus labores, todo esto rodeado de la dureza de la guerra, cajas con Ak- 47, distintos tipos de munición y artillería soviética. Las nuevas tecnologías empezaban a cambiar el mundo occidental, pero allí solo llegaba aquello que provocaba muerte y destrucción.
Según avanzaba me percataba que aquel pueblo no es que estuviese construido mal por regla, este había sido tomado a la fuerza, muchas de las casas estaban derruidas o perforadas por las balas, en parte empecé a comprender que quizás no era tan mal piloto y que me había equivocado de pista de aterrizaje... Al parecer aquella rebelión sin importancia que nos narraban en el cuartel tenia más fuerza de lo que creíamos. Cualquiera con dos dedos de frente sabía que aquellos eufemismos significaban que si existían fuerzas rebeldes, pero no se nos pasaba por la cabeza que estas tuviesen un ejercito capaz de destruir y conquistar nuestras posesiones.
Al girar aquella calle mi corazón se estremeció, una visión dantesca me sorprendió. Una centena de cadáveres con el cuerpo desnudo apilados. Junto a aquella pila un hombre vestido de uniforme del ejercito de los Estados Unidos cavaba tumbas, no estaba totalmente solo en aquel lugar...
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